El movimiento residuo cero o zero waste

El movimiento residuo cero o zero waste

Llega septiembre y con él lo que ahora se conoce como “el mes de los buenos propósitos”.

Y es que este mes se está convirtiendo en el nuevo enero pues, después de las ansiadas vacaciones, muchos de nosotros pensamos en las cosas que se pueden mejorar “para el nuevo curso”. Acabado el periodo estival en el que hemos tenido tiempo para descansar, reflexionar y pensar; lo que muchas veces nos hace plantearnos qué estamos haciendo con nuestra vida. 

Llegamos a casa, deshacemos la maleta y comenzamos a pensar que sería un buen momento para hacer algunos cambios en nuestros hábitos. ¿Te sientes identificada? Por supuesto no hay un guión establecido sobre cuáles serán estos cambios; quizás hacer deporte, tener más tiempo para cuidarte, comer mejor, hacer ciertas llamadas de teléfono, o retomar algunos de los hábitos que “se nos han olvidado en vacaciones”.

Y precisamente, al hilo de estos cambios de hábitos, te queríamos hablar sobre el movimiento residuo cero o zero waste en inglés. Según la Alianza Internacional Zero Waste (ZWIA), se trata de lograr “la conservación de todos los recursos mediante la producción, el consumo, la reutilización y la recuperación responsable de todos los productos, embalajes y materiales, sin quemarlos y sin vertidos al suelo, al agua o al aire para que no amenacen el medioambiente o la salud humana”.

En otras palabras, el movimiento residuo cero se ha convertido en un movimiento que trata de cambiar la mentalidad de la gente hacia una más sostenible, modificando los hábitos de las personas haciéndolas más responsables y cambiar el modelo de producción, embalaje y consumo para que sea menor y con muchos menos residuos. O simplificando aún más, se trata de un movimiento o filosofía de vida que pretende reducir al máximo los residuos y la basura que generamos cotidianamente

Pero no hay que agobiarse, cada pequeño gesto cuenta y el cero en “residuo cero” no significa que debas cambiar por completo tu día a día o que debas reducir toda tu basura a esos tarros de cristal que muestran las influencer en sus perfiles. Se trata de fijarse pequeños objetivos realistas y comprender que lo que se pretende reducir es la basura que no puede ser reutilizada, reciclada o compostada y no aquellos residuos que, de una forma u otra, consiguen alargar su vida útil.

Para llevar a cabo este movimiento se sigue la regla de las 5 erres en el siguiente orden:

  • RECHAZAR lo que no necesitamos
  • REDUCIR lo que necesitamos
  • REUTILIZAR cambiando los desechables por alternativas reutilizables y comprar de segunda mano
  • RECICLAR aquello que no podemos rechazar, reducir o reutilizar
  • ROT que traducido quiere decir COMPOSTAR, DESCOMPONER

Por eso, este septiembre nos gustaría inspirarte para cambiar uno de esos hábitos poco sostenibles con los que quizás no estés tan contenta. Pueden ser cosas tan diversas como dejar de comprar productos de limpieza en el súper y comprarlos a granel;  reutilizar envases como los tarros de cristal para almacenaje; llevar tus propias bolsas a la compra; no comprarte esa cosa “que tanto necesitas”; empezar a probar los productos de higiene en sólido; cambiar la marca de tomate por una que venga envasada en cristal; etc. Lo importante es proponerte una meta e ir poco a poco. Y, por supuesto, no porque un día compres otra bolsa de plástico debes olvidar el objetivo de comprar con tus propias bolsas. ¡No pasa nada! 

Recuerda que, antes de realizar alguno de estos cambios, la motivación es el verdadero motor para llegar a los propósitos que te hagas. Nosotras no pensamos que con nuestros actos vayamos a salvar a los osos polares o que vayamos a eliminar todo el plástico del mar. Desde luego estas metas son inalcanzables, imposibles de medir y no repercuten en nuestro día a día. Sin embargo, sí pensamos que gracias a nuestros actos podemos mejorar la vida de nuestros barrios. Por ejemplo: comprando en los pequeños negocios apoyamos a la economía local, pensamos que podemos tener unos parques más limpios y cuidados si respetamos nuestro entorno y no tiramos basura, que la contaminación ambiental de nuestra ciudad puede bajar y mejorar la vida de nuestros vecinos si nos movemos menos en coche.  ¿Habías pensado en esto?

Por último, si ya estás con el papel y boli en la mano para hacerte una lista, espera. Considera por un momento que no consigues la meta ¿te agobia pensarlo lo suficiente como para no hacerlo? ¡Rechaza esa idea!, desde la Balanza consideramos que es muy importante tener en cuenta que el tiempo que tardemos en incorporar o eliminar un hábito dependerá de muchas cosas y que, aunque tardemos más de lo esperado, lo importante es no olvidar todo el aprendizaje que se hace durante el proceso; valorando el logro de esas pequeñas metas. Y, desde luego, no debemos olvidar que para que se cumplan deben ser unos objetivos SMART (Específicos, Medibles, Alcanzables, Relevantes y Con una temporalidad específica). Y tú, ¿ya lo tienes todo preparado para este nuevo curso? ¡Te animamos en este camino hacia la sostenibilidad!

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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA

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